TASA DE INTERÉS DE POLÍTICA MONETARIA
RAFAEL LÓPEZ
Es un profesional con una maestría en Administración de Negocios de EAFIT y una licenciatura en Economía Industrial de la Universidad de Medellín con una destacada carrera en el sector financiero. Ha ocupado roles clave como socio gerente en Bolsa y Renta S.A. y vicepresidente en BTG Pactual. Además, ha participado en juntas directivas de instituciones como la Bolsa de Valores de Medellín y Fidubolsa, y ha enseñado en la Universidad de Medellín. Con fluidez en español y conocimientos básicos de inglés, Rafael sigue siendo una figura influyente en su campo.
Se le denomina también tasa de intervención o tasa de referencia; es el principal instrumento de la política monetaria y es la base de la conocida tasa Repo (tasa a la cual el Banco de la República – BanRep- le suministra liquidez a las entidades financieras mediante las operaciones de mercado abierto – OMAs-).
La política monetaria comprende todas las actividades que desarrolla BanRep para dar cumplimiento a su mandato constitucional, mandato que podemos considerar dual: velar por la capacidad adquisitiva de la moneda (control de la inflación) y alcanzar el máximo nivel sostenible de crecimiento del PIB (producto interno bruto) y del empleo; ambas metas ha de lograrlas de manera coordinada, pero su responsabilidad primaria es el control de la inflación.
Los miembros de la junta directiva de BanRep (conocidos también como Directores) son quienes determinan, por votación, el nivel de la tasa de intervención en una serie de reuniones programadas a lo largo del año, y de las cuales conocemos públicamente un informe -las Minutas– donde se detallan las consideraciones generales de la discusión y los resultados de la votación. No sobra destacar la importancia de la independencia de sus miembros -fijada constitucionalmente-.
La junta del BanRep fija una meta de inflación (inflación objetivo) dentro de un rango aceptable de variación. Actualmente la inflación objetivo es del 3% y el rango es del +/- 1%, es decir el corredor meta se ubica entre el 2% y 4%. Debemos recordar cuán alejados nos encontramos del objetivo: la inflación actual, al cierre de abril, es 7.16% y la convergencia a la meta solo se espera para finales del 2025. La credibilidad de que goce la junta entre los agentes económicos es fundamental para anclar las expectativas de inflación de dichos agentes y así lograr la convergencia hacia su meta.
Recordemos que la inflación se mide como la variación doce (12) meses del índice de precios al consumidor o IPC, una canasta de bienes y servicios básicos que calcula mensualmente el DANE.
La mecánica como opera la tasa de intervención es relativamente sencilla: a los aumentos de la tasa se les considera política restrictiva, tienden a frenar la demanda general en la economía vía encarecimiento del crédito (consumo, comercial, etc.). Tanto el consumidor como el empresario
habrán de pagar más por sus préstamos; en el mediano plazo la menor demanda inducirá una menor inflación, pero también el crecimiento económico se frenará. La reducción de la tasa de intervención se considera como política monetaria expansiva, tiende a acelerar la demanda general de la economía vía disminución del costo del crédito; los agentes económicos querrán
aumentar su consumo y presionarán los precios al alza, la inflación aumentará pero también lo hará el crecimiento económico. Cabe resaltar que los efectos de las variaciones de la tasa de intervención no son inmediatos, usualmente pasan varios trimestres antes de que la economía sienta sus efectos; a esto se le suele llamar “rezago en la transmisión de la política” y por tal razón es deseable que las decisiones sobre movimientos de la tasa de referencia intenten anticipar los
fenómenos que quieren controlar.
En el caso colombiano la tasa de intervención se encuentra actualmente en el 11.75% (vigente desde el 2 de mayo, luego de una disminución de 50 puntos básicos) y viene disminuyendo desde el 13.25%, fijado en mayo de 2023. La expectativa de los agentes económicos es que la junta de BanRep siga recortándola, en la medida en que la inflación continúe convergiendo hacia la meta.
Podríamos esperar una tasa cercana al 8.50% para el fin de año, si el consenso de los analistas se cumple, y una inflación cercana al 5.80%.