El conocimiento de la actualidad rusa y su coyuntura política no es posible sin entender la breve historia de la Unión Soviética.
Para la segunda década del siglo XX sobresalen en la región Euro Asiática Norte los SOVIETS como base del sistema de toma de decisiones políticas. Los SOVIETS eran asambleas locales de obreros que se encargaban de tomar las decisiones inherentes a su localidad. Posteriormente, cuando Vladímir Lenin en 1922 eliminó la asamblea constituyente rusa, se estableció un sistema político basado en los SOVIETS y nace así la Unión Soviética, donde en principio se elimina la propiedad privada de los medios de producción y posteriormente la propiedad privada de inmuebles.
Otros elementos importantes que se destacan como características del sistema comunista fueron:
- Existencia de un partido único.
- Eliminación de la libertad de prensa.
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Planeación económica central
expresada en planes quinquenales.
En otras palabras, el estado controla la economía mediante su planificación y administración.
Para finales de la década de los 90 era ya evidente que el sistema no funcionaba y las mismas clases obreras que promovieron el comunismo 70 años atrás fueron las que, al percatarse de la inmensa brecha de riqueza que separaba a los trabajadores soviéticos de sus pares occidentales demandaron el derrumbe de la Unión Soviética.
Como es obvio, en un sistema totalitario donde el disenso es delito, las fuerzas militares, policiales y de inteligencia jugaron un papel protagónico para mantener a raya el creciente rechazo al sistema y sus cabezas. Es acá donde entra Putin. El aparato de inteligencia Soviético, la KGB, disfrutaba del concurso de uno de sus agentes estrella, Vladímir Putin, un convencido y aplicado miembro del partido único dispuesto a darlo todo por defender la causa. En los años posteriores a la caída de la Unión Soviética promovida por Mijaíl Gorbachov, sucedido posteriormente por Boris Yeltsin se intentó un esquema de economía de mercado.
En aquellos años Putin fue escalando políticamente hasta llegar a la presidencia en el año 2002, la que ha mantenido hasta hoy, siempre con dudosas maniobras y eventos electorales en los que termina siempre ganando. Para el periodo 2008-2012 cuando la constitución no le permitió ser reelegido, curiosamente el ganador fue su allegado primer ministro, quien ocupó el cargo durante esos años contando con Putin como su primer ministro, es decir, intercambiaron puestos por un periodo.
Durante el prolongado gobierno de Putin, Rusia ha realizado tres campañas expansionistas: la primera, en el año 2008, se anexionó la Antigua República Soviética de Georgia; en el año 2014 hizo lo propio con la región de Crimea, península al sur de Ucrania, cuyo valor estratégico consiste en su acceso al Mar Negro.
Dado que el estado ruso posee el monopolio sobre la información, es claro que el pueblo solo conoce el discurso expansionista de Putin como justificación para su campaña expansionista; sin embargo, para muchos analistas bien informados atribuyen esta actitud a la nostalgia Soviética de Putin. En otras palabras, muchos pensamos que la verdadera intención de Putin es reconstruir la Unión Soviética.
Para finalizar, diría que si intentáramos darle un nombre al sistema de gobierno que guía los destinos rusos, este sería una CLEPTOCRACIA; sistema en el que la cabeza de gobierno entrega los más jugosos negocios a sus más cercanos amigos y seguidores, quienes se comprometen a mantener su apoyo al gobierno y su pena de ser castigados, en el mejor de los casos con la privación de los privilegios de negocios, o con la muerte en el peor de ellos.
Es larga la lista de personajes opositores o amigos del régimen que osaron criticarlo y que han aparecido envenenados en circunstancias muy extrañas.